Los psicólogos Suzanne Kobasa y Salvatore Maddi llevaron a cabo un estudio con 200 ejecutivos y ejecutivas de empresa que recientemente habían estado sometidos a altos niveles de estrés. Una buena parte de ellos había caído víctima de enfermedades relacionadas con el estrés. Por otra parte, otros aparentemente no habían sufrido ningún efecto adverso. Lo que descubrieron Kobasa y Maddi fue que aquellas personas que permanecieron saludables tenían una forma de ver y de manejar los eventos estresantes muy distinta a la de aquellas que enfermaron. Las personas que permanecieron saludables se distinguían por una actitud relajada ante los problemas, en particular estas personas:
• Le dan la bienvenida a los cambios, sean positivos o negativos. Los perciben como una parte inevitable de la vida y como una oportunidad de crecimiento, no como una amenaza a su seguridad.
• No ven los reveses y los desastres como "el fin del mundo" o como algo que no tiene remedio.
• Tienen confianza en su capacidad para resolver los problemas que surjan o controlar el impacto de los mismos.
• Poseen una amplia red de apoyo. Están profundamente involucrados con la familia, compañeros de trabajo o amistades.
• Poseen un fuerte sentido de compromiso, dedicación y dirección en sus vidas.
• Creen en el valor y la importancia de la labor que llevan a cabo y se perciben a sí mismos(as) como personas valiosas.
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