“El coaching no se centra en los errores pasados, sino en las posibilidades futuras”. - John Whitmore
El coaching es una herramienta muy poderosa para el cambio, una metodología que viene a llenar un hueco en el mundo de las relaciones de ayuda por su enfoque hacia el futuro. Decimos que no hace falta tener ningún problema para empezar un proceso de coaching: basta con tener un sueño, una inquietud, una meta.
Un coach es una persona que ayuda a otra a descubrir todas sus potencialidades. El coach es un facilitador en el camino hacia la consecución de los objetivos del cliente. Es una relación de igual a igual, no hay nadie que se sitúe por encima del otro como sucede en algunas escuelas terapéuticas o médicas.
El coaching se puede aplicar en cualquier área de la vida: la personal, la profesional o cualquier otra. Todo dependerá de los objetivos que persigamos y se definirá en el momento de marcar esos objetivos en las primeras sesiones. Generalmente los cambios efectuados en un área tienen un efecto beneficioso en las otras, ya que la persona es un ser global y todo lo que hace repercute en diferentes niveles.
En un proceso de Coaching estamos delante de un camino de crecimiento y desarrollo personal cuyo objetivo final es pasar a la acción, es decir, llevar a la realidad los proyectos y sueños del cliente.
Existen diferentes escuelas de Coaching y cada una sigue su propio método. No obstante, en todas son comunes los siguientes puntos:
- El enfoque desde el presente hacia el futuro
- Que el cliente tenga unos objetivos a conseguir sobre los que versará el proceso
- Las preguntas que hace el Coach para guiar en el camino de conseguir los objetivos.
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